jueves, 16 de agosto de 2012

Problemas éticos contemporáneos: La Carencia de Valores

Vivimos con ellos, son abundantes y se presentan de manera cotidiana. Es importante conocer sobre los problemas actuales de la sociedad, puesto que al determinar su origen y los distintos factores que impulsan potencialmente su crecimiento, de ser necesario, es posible aproximar su reducción. También hay que entender que en un mundo donde la población incrementa drásticamente año con año, así como los crímenes e injusticias contra ciertas poblaciones e individuos que coexisten esta era, es difícil mantener un rumbo fijo en la aplicación de la ética.

Dentro de los problemas más frecuentes que se presentan hoy en día, se encuentra la carencia de valores, tanto éticos como patrios. Ambas formas, desmedidas, llevan al caos. Ningún problema supera en gravedad al otro, porque todos tienen su base en la ética y el actuar de cada ser. Es decir que sí, hay problemas cuyo grado de atrocidad es aparentemente mayor, pero a mi parecer, todos afectan al mundo físico equitativamente. Una red de problemas que entrelazada tiene el mismo efecto destructivo, potencializado y dirigido contra el bienestar ambiental y social. 

La carencia de valores no es un problema nuevo, existe desde el momento en que éstos se establecieron. La diferencia en la actualidad es su estrecha relación con la cultura, formada por un conjunto de creencias religiosas, ideas políticas, arte y tecnología particulares de una sociedad. Como consecuencia de la diversidad cultural originada a partir de la distribución de poblaciones de la raza humana en el planeta a través de los siglos, existe la misma diversidad - en número - de valores. A menor cantidad de palabras: la cultura es toda la información, reglas y habilidades que posee el ser humano.

En relación con la exposición de la opinión de Zygmunt Bauman en su obra "La Modernidad Líquida y Fragilidad Humana", vivimos en una sociedad en que absolutamente todo es desechable, temporal, líquido; como si todo lo que se tuviera, se encontrase en este estado y durara en nuestras manos sólo el tiempo suficiente hasta escurrirse por entre los dedos y desaparecer. (Bauman, 2005). Así es como perdemos los valores, sustituyendo unas creencias, ideas y costumbres, por aquellas que están de moda (más cómodas, menos compromiso y exigencia). 

Existe un fenómeno nutricional - dentro de otros muchos ámbitos - denominado "La Americanización", en el que se adoptan hábitos alimenticios - no necesariamente benévolos - del paladar norteamericano, y quiero retomarlo con un enfoque hacia el reemplazo de nuestros valores tradicionales como mexicanos. Todo aquello que conforma nuestra cultura: música, baile, cocina, familia, trabajo, moda, diversión, arte, historia...
(Cristofanini, 2010). Tras un rato de hacer memoria, es fácil percatarse de lo que se ha perdido en México con dicha Americanización; la admiración hacia los valores patrios y el compromiso como mexicanos disminuyó drásticamente entre los adultos y jóvenes, obligándonos a vestir de "Abercrombie", comer de "McDonald's", componer o escuchar canciones en inglés y poner nuestra felicidad en el consumismo, como parte de la globalización. Y si algo no adoptamos, era lo bueno: el respeto a las autoridades, la ley y el prójimo, es más cómodo hacerse a un lado.

La relación de la carencia de valores ético-sociales propios de cada cultura y la ética teórica, tiene lugar en las corrientes Descriptiva/Científica y Vivencialista. La primera trata de reflexiones propias de las ciencias sociales: antropología, psicoética... estudian la conducta. Mientras que la corriente vivencialista se concentra en el descubrimiento de los valores morales por parte del hombre, mediante las sensaciones y emociones. (UCU, 1999).

Como bien mencioné, muchos de los dilemas éticos están ligados entre sí. Es por ello que la carencia de valores en una sociedad específica y la pérdida de la cultura -, se encuentran estrechamente relacionados. Ejemplifiquemos la situación de los descendientes de México en el extranjero (Estados Unidos). Producto de la emigración durante el último siglo. Actualmente hay cerca de 20 millones de mexicanos y descendientes en los Estados Unidos de América. (ITESM, 2012). Cierto porcentaje de esta cantidad, ya no practica el español ni involucra muchas de las costumbres mexicanas en la cotidianidad. Los hijos y los nietos sólo hablan inglés, se avergüenzan de sus raíces en ciertos casos e imitan firmemente actitudes que no corresponden. 

En lo estricto de la palabra, los verdaderos valores tienden a llevar al individuo a la mejora de su persona. (UCU, 1999). En lo personal, creo que es la pérdida o transformación desmedida de la cultura, lo que desbarata el rumbo de la gente y la envía por otros caminos.

Una alternativa para la reducción de este problema - como todo - está en la educación. Probablemente debería enseñarse a vivir la patria y la importancia de la familia en cada institución educativa, sin mediocridad ni pesimismo. Así sería más difícil que la gente olvide sus valores y los reemplace por otros al  dudar de su veracidad.

Referencias:

Cristofanini, Paolo. Americanización o Mundialización. 17 de febrero de 2010. Disponible en:  http://www.gobernabilidad.cl/modules.php?name=News&file=print&sid=2528

- Instituto de ética y bioética. "Principales corrientes éticas". Ética, bioética y ciencias agrarias. Universidad Católica de Urugüay 1999. Disponible en: http://www.ucu.edu.uy/facultades/CienciasHumanas/Institutos/Bioetica/Bioetica%20y%20Ciencias%20Agrarias/Principales%20Corrientes%20Eticas.pdf 

- Video del ITESM: Problemas éticos contemporáneos.